El copiloto depresivo mató a 150 personas

 A Andreas Lubitz se le cruzaron los cables y mató a 150 personas más o menos felices. Esta es la explicación a la tragedia aérea que saltó a los telediarios el pasado miércoles. Un día un depresivo vuelve a ser depresivo activo y ocurre la catástrofe. La pena mata.

 Seguro que Andreas no ha sido el primer piloto de avión que lleva a los pasajeros al cementerio. Otros, con más suerte que el alemán, han pasado al anonimato porque los investigadores convencieron a la opinión pública con alguna causa técnica. Andreas pasará a la Historia de la Aviación Comercial como un suicidador de la clientela de una línea aérea alemana. Ha conseguido que los futuros pasajeros miren asustados a los pilotos. Temerán que les toque otro chalado a los mandos del avión.

 Ahora nada se puede hacer. Sólo queda lamentar que los seleccionadores de personal hayan elegido a un depresivo como copiloto. Seguro que el tal Andreas tenía un buen enchufe. En Alemania, igual que en España, muchos consiguen un buen trabajo con un buen padrino. Las empresas valoran los enchufes. Los resultados de tanto enchufe pueden ser irreparables. 

¿Cómo se podría salir de la crisis económica?

  De momento, ni hay muchos brotes verdes en la economía española ni las raíces son vigorosas. A corto plazo, la recuperación de la actividad económica sólo se ve en las cifras del PIB de este 2015, pero la recuperación sigue sin incrementar los ingresos de las familias. Por eso el consumo no aumenta.

 Las expectativas no son buenas. La mejora incipiente no es sostenible por la desigualdad que se ha colado en la economía española desde el año 2008. Cada vez hay más pobres. Cada vez la clase media se reduce más.

 ¿Y cómo se podría solucionar esta crisis económica? No se solucionará siguiendo los criterios de una sola escuela de pensamiento. Es una crisis que se soluciona con un cóctel de medidas. Esto han hecho en EEUU y en el Reino Unido. Seguir sólo las medidas que proponen los keynesianos no llega. Los seguidores de Keynes dicen que hay un problema de demanda y que el Sector Público debería gastar más. Los monetaristas, en cambio, proponen mejorar la política monetaria para salir de la crisis. La escuela austriaca dice que hay que dejar que la mano invisible del mercado haga lo que tenga que hacer. En el fondo todos tienen parte de razón y seguir un poco de las tres escuelas nos llevaría a esos brotes verdes que no dan aparecido en la economía española.

Montoro también es un presunto corrupto

 Al ministro de Hacienda le han encontrado un despacho de abogados favorecido por los contratos con las Administraciones Públicas. Parece que es tan pecador como el señor Monedero y otros que también llenan sus manos con lo propio y con lo regalado por ser vos quien sois. La corrupción va por barrios. Hoy le toca a uno, mañana a otro y dentro de dos días caerá el que presumía de ser el más honrado de los honrados. La corrupción es inherente a la condición humana. A todos nos gusta cobrar mucho y pagar poco.

 En todo caso, el ministro Montoro no debe preocuparse . El PP lleva en sus listas electorales a los imputados. Seguro que también lo incluyen a él en alguna lista electoral cuando toque. Lo malo es que ya no podrá dar lecciones de honradez. Será como el profesor de literatura al que se le encuentra una falta de ortografía en una corrección en el examen de un alumno suspenso.

 Vendrán más sospechosos de corrupción en la izquierda y en la derecha. También asomarán en Podemos. Ningún partido político está libre del pecado de la corrupción.

 

El corralito temporal del Banco Madrid

 El dinero no está seguro en los bancos. Lo que no te llevan en comisiones, te lo pueden llevar en un corralito que ordena un juez cuando el tinglado financiero se les cae abajo como se le ha caído al Banco Madrid. Es mejor guardarlo en el colchón como hacían nuestros abuelos o buscarle un cobijo secreto en una pared de nuestras humildes casas.

 En el Banco Madrid nada deben temer los pequeños ahorradores, según dicen. Les devolverán sus ahorros, pero tienen que esperar. No vaya a ser que vayan todos juntos y no haya dinero para tanto ciudadano ahorrador que ha acumulado miles de euros privándose de la calefacción en casa o comiendo pollo de oferta durante todas las semanas de los meses de los últimos años de sus vidas austeras. De momento, el Goierno está ayudando a la Banca para no variar. El Banco Madrid es un banco pequeñito, pero tiene detrás al Banco de España garantizando todo lo que haya que garantizar.

 Debemos tener fe en el Gobierno que protege a la Banca. Debemos creer que en el fondo lo hace para ayudarnos a los pobres ciudadanos que somos sus potenciales votantes. Pero no debemos esperar de ese Gobierno del PP tan comprensivo con la Banca que nos ayude a pagar la compra en el supermercado. Por ellos podemos morirnos de hambre. No somos banqueros corruptos.

 María Rey

 

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