Aitana Iglesias Montero nació sin novedad, pero con algo de prisa porque, como bien dice su famoso padre, son una familia que anda anticipada. Era el día 2 de agosto, el mismo día que soplaba 63 velas Isabel Pantoja. Curiosa coincidencia.
El presente de Aitana será una niñera que la acune mientras sus padres hacen política en el Congreso de los Diputados. La niña de la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero sabrá abrirse camino entre los hermanos varones en una disputa por besos y carantoñas. Crecerá la pequeña Aitana. Vendrán los estudios, llegará a la Universidad, el primer novio. ¿Será política? ¿Científica? ¿Filósofa? Todavía no lo sabemos ni lo sabe ella tampoco, feliz con su chupeta y sus biberones de lactancia materna presurosa. Aprenderá Aitana la igualdad entre mujeres y hombres con un padre en baja paternal mientras la madre intenta ser Vicepresidenta de la Patria. ¡Qué cosa!
Esta niña, Aitana Iglesias Montero, llega a una España de baja natalidad dando ejemplo de familia numerosa. Coinciliar será una palabra que escuchen sus oídos mientras mamá y papá hablan de cómo les ha ido el día en la política. Se asomará Aitana al telediario para ver a sus progenitores en sus políticas. ¡Cómo habla papá! Mira mamá, la Vice. Tres niños azul y rosa mirarán el ascenso de la familia Iglesias-Montero. Así es la vida. Aitana Iglesias Montero llegó al mundo un 2 de agosto con un pan bajo el brazo como todos los niños, pero su pan es mejor, mucho mejor que el de los niños inmigrantes acunados en una patera o el de los niños españolitos con ese padre o esa madre en la cola del paro. Ha tenido suerte Aitana y aún no lo sabe.
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