Dicen los meteorólogos que viene una lengua de frío del norte de Europa. Leí que llaman la Bestia a este fenómeno sin igual que se nos aproxima. Vuelven a buscar el género femenino para lo malo. Sólo les falta echarnos la culpa a las mujeres.
Lo que viene es una lengua de frío asolando a los pobres. Viene el frío del norte para recordarnos que no tenemos calefacción, que no hemos comprado suficiente ropa de abrigo en el Black Friday y que somos pobres energéticos.
Nos arrimaremos a los comercios buscando calor. Iremos a las bibliotecas para estudiar sin peligro de sabañones. Entraremos en algún bar donde todavía se puede pedir un café sin escuchar un precio prohibitivo.
La ola de frío no tendrá compasión de las personas sin techo, lamerá con su lengua fría los cartones que los cobijan y enfriará sus pies sin olvidarse de sus manos siempre heladas.
Habrá también niñas y niños que busquen la nieve que dejará la lengua helada para jugar olvidando el frío. Serán niños y niñas pobres y ricos, igualados por las ganas de jugar con un nuevo juguete gratuito.
No somos nada. Solo somos pequeñas marionetas en manos de la meteorología, pero unos van mejor vestidos y otros vamos simplemente vestidos de ganas de luchar por un mundo más justo.
María Rey
Economista
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