Califica el periodista José María Carrascal al Gobierno de Pedro Sánchez como el "gobierno de la mentira" que utiliza a la perfección las dos formas de mentir que hay:
- Contar lo contrario de lo ocurrido
- Contar solo una parte de lo ocurrido.
Dedica el veterano periodista mucho espacio en sus artículos a este tema de la mentira, dando rienda suelta a su enfado con el inquilino de la Moncloa. Dice Carrascal que el Gobierno del señor Sánchez, además de mentir, es "el gobierno de la ineptitud, de las ínfulas y del pitorreo, de tapar el fracaso con otro fracaso mayor".
No será esta humilde economista quien defienda a Pedro Sánchez y a los suyos, pero hay que admitir que el arte de la mentira no es exclusiva del gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos que nos mal gobierna.
Sylvain Timsit es un autor francés que ha hecho un listado de diez estrategias para mentirle a la ciudadanía que llevan a la práctica los gobiernos occidentales. Veamos cuales son:
- Distraer de lo importante. La distracción es fundamental para controlar a la ciudadanía. El gobernante desvía la atención de sus ciudadanas/os de temas importantes con informaciones tan irrelevantes como el fútbol. De esta manera consiguen que la gente no se interese por ningún tema esencial.
- Crear problemas para ofrecer soluciones posteriormente. Es la estrategia «problema-reacción-solución», y consiste en la creación de un problema con el fin de causar una determinada reacción en la gente a fin de que se le exija al gobierno la medida que éste deseaba imponer. Por ejemplo, cuando quieren reducir prestaciones sociales, se crea una crisis económica. Otro ejemplo, sería desencadenar la actos de violencia urbana para que la ciudadanía demande mayores medidas de seguridad aún a costa de ver reducida su libertad personal.
- Gradualidad de medidas extremas. Consiguen que las medidas extremas sean aceptadas con su aplicación gradual en años consecutivos. Así evitan que la población vaya tolerando sin protestas importantes lo que hubiera desencadenado una revolución.
- Diferir en el tiempo. Plantear una medida impopular como «dolorosa y necesaria» en el futuro próximo para que consiga la aceptación pública inmediata.
- Infantilizar al público tratándolo como a niñ@s. Se adopta un tono pueril, utilizando un lenguaje muy básico con mensajes básicos compresibles hasta por las personas más torpes.
- Utilizar más la emoción que la reflexión. La utilización de la emoción dinamita el análisis racional. Al dejar afectado el sentido crítico de las personas, se les puede imponer ideas, miedos, temores, deseos e inducir comportamientos.
- Mantener a la ciudadanía en la mediocridad y en la ignorancia. Se hace que el público sea totalmente incapaz de comprender las técnicas y los métodos con los que es objeto de control y esclavitud. Esto se consigue, por ejemplo, con la educación deficiente de las clases trabajadoras para que queden sometidas a las élites sin protestar.
- Estimular a la gente a ser complaciente con la mediocridad. Se promueve entre la gente la moda de ser vulgar e inculto. Es lo que hacen a través de los «realities shows» que enganchan a millones de personas ante las pantallas de los televisores y dispositivos móviles. Muchas personas quieren seguir el ejemplo de las personas mediocres que convierten en estrellas los realities que ofrecen fama y dinero fácil a sus concursantes.
- Reforzar la autoculpabilidad. Se le hace creer a la persona que es la única responsable de su desgracia por no esforzarse, carecer de capacidades suficientes o tener escasa inteligencia. De esta forma, se le lleva a un estado depresivo que la inhibe de la acción y sin acción no hay nunca revoluciones. Es decir, a los poderosos les interesa que estemos deprimid@s.
- Conocer a las personas mejor de lo que ellas mismas se conocen. Gracias a la tecnología, es posible el conocer a las personas incluso mejor de lo que ellas se conocen a si mismas. Por eso pueden ser controladas mucho más fácilmente por los dirigentes de un país o por los poderosos al frente de los poderes fácticos.
Con este artículo, remarcamos la necesidad de ser personas libres. Y sólo es libre aquel o aquella que practica la libertad con espíritu crítico. De ahí la importancia de asignaturas como la Filosofía. Una asignatura que nos enseña a pensar, poniéndonos ejemplos de filósofos y filósofas del pasado resulta fundamental en la formación académica de una persona en edad adolescente.
Es muy importante como base de esa libertad que la ciudadanía tenga acceso a una buena educación. Es entonces cuando una persona es consciente de estar recibiendo un encadenamiento de mentiras por parte de un Gobierno al que José María Carrascal califica de "Gobierno de la mentira".
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María Rey
Economista
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