El día 12, es decir, el próximo viernes, vuelve a haber huelga en el transporte de viajeros de la provincia de A Coruña. Debemos, pues, pensar en buscar alternativas al autobús porque los servicios mínimos volverán a brillar por su ausencia.
Seguro que habrá conductores que querrían seguir conduciendo el día 12, el día 15 y el día 19, pero el miedo a los piquetes los hace apearse de sus asientos. Nadie quiere problemas. Es mejor dejar que pase la huelga como quien deja que pase la tormenta.
Las huelgas que triunfan se imponen. Estamos en un país donde vamos tirando y vamos aguantando. Hay trabajadores y trabajadoras con peores condiciones laborales que los buseros. Y ellos lo saben.
Por eso esta huelga de autobuses tiene el toque injusto que tienen todas las huelgas que perjudican al más pobre. Pensemos en las viajeras y viajeros que esos días de huelga tienen que pagar taxis para llegar a sus puestos de trabajo. Pensemos en las madres y padres que tienen que llevar a sus hijas e hijos a los centros escolares. Pensemos en los pobres ancianos, con pensiones mínimas, que tienen que pagar un par de taxis para acudir a su consulta médica.
Pensemos, señores y señoras de los sindicatos, en el conjunto de la población y, sobre todo, en los más pobres que siempre nos vemos perjudicados por los de arriba y por los de alado.
María Rey
Economista
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