El señor Feijóo no se atreve a adelantar las elecciones. Serán después del verano, nada de coincidencias con unas elecciones generales repetidas. El Presidente de la Xunta teme perder su mayoría absoluta y aplaza el momento fatal para su partido.
De momento, hace regalos a los potenciales votantes. Por ejemplo, la congelación de las tasas universitarias. También pone en marcha unas casas nido que sustituirán las guarderías inexistentes en municipios con menos de cinco mil habitantes. Menos da una piedra, pensarán algunos.
Lo malo es que sube el paro, la crisis económica sigue presente y las expectativas económicas son malas. Hay un grupo de ciudadanos descontentos donde la oposición puede pescar votos. El señor Feijóo no lo tiene fácil para seguir siendo Presidente de la Xunta en otoño.