Estos días de comienzo del año 2021 constatamos que las previsiones sobre precios para el presente año empiezan a ser erróneas. Me refiero, por ejemplo, a la subida de la luz. Nos habían dicho que en los próximos cinco años iba a ver bajadas de precio. Una realidad llamada borrasca Filomena ha elevado los precios de la luz hasta su máximo histórico que se traducirá en subidas de hasta veinte euros en una factura de la luz tipo de 63 euros.
Si miramos pensiones y salarios, vemos como los pensionistas y los funcionarios mantienen su poder adquisitivo mientras los trabajadores de las empresas privadas y los autónomos ven mermado su poder de compra. Pero esto habría que matizarlo. Me refiero al poder adquisitivo pues el IPC es una media estadística centrada en un consumidor medio cuya existencia es cuestionada. Todos vamos al supermercado y a las pequeñas tiendas del comercio local a hacer nuestra compra. Vemos que muchos precios de productos que adquirimos con regularidad están incrementándose en más del 0,9 pronosticado como término medio.
En la situación de precariedad económica que viven muchas familias tenemos unos pensionistas que no podrán contar este mes de enero con la "paguilla de la inflación" de otros años. Verán subidas sus pensiones en ese 0,9% con carácter general y en un 1,8% en el caso de pensiones no contributivas. El ingreso mínimo vital también sube un 1,8%. Pero hay personas necesitadas a las que no llega el ingreso mínimo vital. No se ha hecho justicia en muchos casos. Por ejemplo, con los muchos hombres y mujeres que viven una situación de calle y olvido por parte de las autoridades de este país o con los pobres vergonzosos que viven la miseria en las neveras vacías de sus casas.
Siguendo enumerando las injusticias vemos como los peajes de las autopistas que en general se reducen, en Galicia se incrementan. Debe pensar el Gobierno socialista del señor Sánchez que en Galicia somos tontos. Yo les diría que, igual que en Mediamarket, no somos tontos, sabemos lo que pagamos y estamos pagando más por los peajes en Galicia que en Cataluña.
El agua mantiene sus precios constantes. Telefónica, en cambio, incrementará dos o tres euros la tarifa de Movistar con el cuento de una conexión más rápida. Las compañías de la competencia intentarán atraer a los clientes descontentos con el antiguo monopolio con bajadas de precios.
Si pagas gas, verás como sube un 5,97% tu factura. Los carburantes también incrementan su precio. No están estas empresas por ayudar a salir de la pobreza energética a los españoles que no quieren pasar frío.
Dicen que bajaran los alquileres de viviendas y los precios de venta de casas y pisos. Habrá que verlo. Mucho me temo que esta previsión sea errónea. Un bien de primera necesidad muy demandado es difícil que baje de precio. Los alquileres seguro que acaban aumentando ante la situación de impagos casi generalizada que hay. Habrá muchos dueños y dueñas de viviendas que se nieguen a alquilar. El alto índice de morosidad hace que piensen y repiensen el negocio del alquiler. Les resulta más rentable dejar su vienda sin alquilar a tener un inquilino que no paga el alquiler y que no pueden echar, dada la moratoria de pago impuesta por el señor Pablo Iglesias.
No vienen buenos tiempos en materia económica. Ni siquiera nos animamos a ir a las rebajas. Los precios de la ropa seguro que bajan. No tienen mucha demanda y, además, los primeros meses del año, suelen caracterizarse por bajadas de precios en la ropa. Las rebajas se notan en el IPC previsto en esta materia.
Para acabar este resumen de tristezas recordaré lo que hay que pagar con los impuestos de las personas que trabajan en este país:
-Tenemos 3,72 millones de parados registrados y 730.000 trabajadores acogidos a un ERTE
-Hay 2,6 millones de funcionarios
-Hay 9,9 millones de jubilados
Y puede haber todavía más que pagar si los ERTES acaban en desempleo y los trabajadores que todavía tienen trabajo acaban en la lista del paro. Crucemos los dedos.
María Rey
Economista
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