La torre de Babel fue un castigo del Altísimo a la humanidad. Dios nos condenó a no entendernos. Afortunadamente, aparecieron los traductores y pudimos saber qué decían los que no hablaban nuestro idioma materno. Hubiera sido horrible un mundo de personas aisladas en sus propios gritos.
Los traductores siguen siendo muy necesarios porque ahora somos nosotros los que levantamos nuestras propias torres de Babel. La última torre de idiomas se está montando en el Congreso de los diputados bajo el techo que aún conserva las marcas del tiroteo de Tejero.
Los del este hablan en catalán. Los del oeste hablan en gallego. Los del norte se expresan en euskera. En el otro norte los hay que hablan bable. Los andaluces se atreven a recuperar su acento cargado de seseos. Los murcianos empiezan a hacer diminutivos en ico. Los canarios también encuentran su dialecto. No faltan extremeños que le dan a la fala próxima al gallego y prima de la lengua portuguesa. Nunca se había levantado una torre de Babel en tan poco tiempo.
Todo esto pasa con Sánchez, el presidente del gobierno en funciones, ausente. Por eso le llenan los diputados de Vox el escaño de pinganillos que no quieren mientras el personal del Congreso corre a retirar los artilugios a petición de una vicepresidenta Yolanda Díaz contrariada por el desorden que tiene en el escaño contiguo al suyo. Espero que no los tiren porque nos han costado los pinganillos más de 53.000 euros.
Los de Vox marchan. Hacen pellas. Van a cobrar el sueldo igual y latan por un día para salir en la tele de protagonistas. Pero el PP tiene un diputado que también se hace hueco en el telediario. Ese chico del norte que aprovecha el momento para mostrarle a las Españas que habla muy bien euskera. Otro puñado de votos que pierde el PP de Feijóo porque vuelve a cumplirse aquello de que los socialistas hacen las leyes y los del Partido Popular usan esas leyes que dicen no querer cuando se votan. Borja Sémper eligió mal momento para presumir del euskera que sabe.
¿Qué hacen estos políticos? ¿Qué hacen gastando casi 300.000 euros en esta chorradita?... Vuelvo a repetir: ¿qué están haciendo los políticos mientras la gente de a pie no tiene dinero para hacer la compra de alimentos básicos en las tiendas y supermercados de este país nuestro?...
Una vez más vemos a los políticos jugando al despilfarro. Son nuestros políticos y políticas como los niños que prefieren un juguete a un plato de comida. Juegan a hablar los distintos idiomas de las patrias chicas en el Congreso de los Diputados mientras en la intimidad hablan la lengua común de todos los españoles. Es decir, ni defienden el castellano ni defienden su lengua vernácula. Simplemente las políticas y políticos españoles defienden sus billeteras y sus privilegios.
Me muestro contraria a todo despilfarro. Soy una economista que defiende la minimización de costes en el sector público. La torre de Babel que están montando en el Congreso de los Diputados nos va a costar un dinero que podría ir destinado, por ejemplo, para luchar contra la lacra de las violencias machistas.
Aunque solo fuera para salvar la vida de una única mujer maltratada estaría mejor empleado el dinero que en ese juego de clase de idiomas ibéricos que van a jugar los diputados de la izquierda, la derecha, los nacionalismos y los que no saben ni de que son.
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Economista
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