El pasado sábado recibía las aguas bautismales la Infanta Leonor que aunque es pequeña ya es Infanta de España por el momento mientras no se cambia la Constitución para que un futuro hermanito varón no le quite el derecho a heredar no se sabe aún qué. Se supone que la niña Leonor heredará un día lejano la corona que ahora disfruta su abuelo el Rey don Juan Carlos I y que tiene pensado heredar su padre el Príncipe Felipe. Pero la Monarquía en España empieza a mecerse en un sí o no en una reforma constitucional que el Pueblo puede responder en un rotundo no.
Todos en España estamos de acuerdo con que las mujeres deben mantener sus derechos a reinar aunque tengan un hermano varón. Incluso los republicanos no pueden negar la igualdad de la mujer en todos los derechos, incluido el derecho al Trono como miembros de la Familia Real. Pero todos, no sólo los republicanos, podemos darle un voto de castigo a la Monarquía de los descendientes de un Rey respetado, sobre todo en el pasado, que ahora flaquea en su tarea de mediador y disgusta con la boda errónea del Heredero.
Si los Borbones dejan un día los palacios en España por una modesta casa más o menos apañada en el extranjero no será porque los eche la izquierda republicana. Será porque han dejado de ilusionar a un centro-derecha que creían ganado y despreciaron con continuos guiños progres que en vez de democratizar a la Institución la vulgarizaron.
La Monarquía es lo que es. Teñirla de modernidad en un nos casamos con quién nos da la gana, vestimos como modelos de pasarela chic, navegamos en el lujo y vivimos en la abundancia que financia el Pueblo no es posible. ¿Por qué un ciudadano español sin la suerte de la cuna real ni el matrimonio caprichoso del heredero o heredera no va a acceder a la Jefatura del Estado?...
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