Las lenguas, a diferencia de lo que creen las dictaduras nacionalistas, son instrumentos de comunicación que nunca se deben imponer ni perseguir. Según informaciones del diario "el mundo" la Generalitat catalana ha llegado en su afán persecutorio de la lengua castellana a violar el secreto médico inspeccionando los expedientes de los pacientes en los hospitales catalanes en busca del idioma del delito. Resulta doloroso que en un país democrático como España resurgan dictaduras teñidas de un nacionalismo homogeneizador que no respete los derechos más elementales de las personas como es el que una persona hable en el idioma o los idiomas que elija. En la Constitución Española se contempla la no discriminación por razones de sexo, raza, ideología o religión. Habrá que añadir cuando se reforme que tampoco se puede discriminar a una persona por hablar en castellano. Y mucho menos se puede permitir que la censura lingüística llegue a la violación del secreto médico.
Somos muchos en España los que miramos al nacionalismo con preocupación porque vemos en su ideología una dictadura en potencia bautizada por lo políticamente correcto aunque carece de toda corrección muchas veces. En Galicia también hay un Gobierno teñido de nacionalismo. Espero que nunca alcance el grado de persecución al idioma de Cervantes que, al parecer, está alcanzando la Generalitat tripartita. Yo hablo gallego perfectamente, soy una gallega orgullosa de serlo pero el idioma en el que me siento más cómoda es el castellano. Hablare y escribiré en este idioma con censura o sin ella.
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