Los 65 años de prisión a que fue condenado en su día el violador Alejandro Martínez Singul quedaron en 16 años. El pasado domingo pusieron en la calle al segundo violador del Eixample, pese a que los psicólogos del centro penitenciario dicen que no está rehabilitado. Parece que a los jueces no les importa que este individuo vuelva a violar a cualquier mujer que se encuentre en su camino, sino no se explican los beneficios penitenciarios que dejaron los 65 años de condena en 16.
Los políticos, encabezados por el Presidente feminista, también están a otra cosa. Mucha preocupación por la ley de la paridad, pero ¿y la ley de la seguridad? No la contemplan, seguramente porque todas las diputadas y ministras, con sus escoltas tras la espalda, se sienten a salvo del violador que se pasea por las calles de Barcelona con sus 41 juveniles años. Tiene edad el muchacho para volver a las andadas; crucemos los dedos para que nada pase.
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