Los brotes no cesan. En Galicia tenemos el brote de la Mariña. En el País Vasco el de Ordizia. En total son más de cien los brotes que se contabilizan en toda España. Pero no pasa nada. Mañana domingo se celebrarán las elecciones autonómicas en Euskadi y en Galicia. Me pregunto cuántos nuevos contagios se producirán a raíz de las elecciones. Me pregunto también cuántas personas no iremos a votar por temor a un contagio o por temor a una multa. No vaya a ser que nos acusen de haber contagiado a alguien por ser, sin saberlo, asintomáticos.
Yo no iré a votar. Mi derecho a la salud está por encima de mi derecho al voto. Me niego a ir a un recinto cerrado en el que me vería obligada a retirar de mi cara la mascarilla para que se me identifique en la mesa electoral. ¿Cuántos contagios habrá por esa retirada de la mascarilla?... Comprendo que es necesario identificar al votante, pero puede pasar que en ese mismo momento que te identifica la persona que está en la mesa también te identifica el virus.
No, las elecciones vascas y gallegas, gallegas y vascas no son seguras sanitariamente hablando. Lo afirmo desde el sentido común. Serían más seguras colocando las urnas en las calles y, allí, al aire libre, metiendo la papeleta en la urna, sacando la mascarilla para que vean que eres la persona que enseña el DNI y cuyo nombre está en el censo para ser tachado una vez que has votado. Los políticos no han pensado en la seguridad sanitaria de los ciudadanos y ciudadanas llamadas a ejercer su derecho al voto. Han pensado los políticos en su derecho a ser elegidos y seguir o empezar a gobernar cuatro años más.
Esperemos que no haya un contagio masivo. Si lo hubiera, vendrían los lamentos, acallados por unos medios de comunicación que no se atreven a criticar a un Gobierno que ha gestionado pesimamente la crisis sanitaria. Ahora, con la crisis en manos de las Comunidades Autónomas, poco mejor va su gestión. Los políticos sólo piensan en sus intereses partidistas. El interés general del Pueblo les resbala. Así estamos. Y así estaremos el lunes si el azar no impide un contagio masivo de votantes que se han acercado a los colegios electorales jugándose la salud.
María Rey
Economista
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