Ciudadanos y Podemos desaparecieron en una Galicia que votó PP, votó PSOE y volvió a votar BNG. Los inventos de los nuevos partidos quedaron en el olvido a la hora de llenar las urnas de papeletas. Cierto es que tampoco lo tuvieron fácil los partidos minoritarios y nuevos. En los colegios electorales te invitaban a venir con la papeleta metida en el sobre desde tu casa. Allí no querían que estuvieras mucho tiempo tocando papeletas y buscando una cabina que no habían puesto.
PP y PSOE eran los partidos que más correo electoral habían enviado. Mucha gente echó mano a lo que tenía en casa. Se trataba de hacer un voto seguro en una comunidad autónoma con un preocupante rebrote de coronavirus en la Mariña lucense. Escuché como en la cola que se formó fuera de mi colegio electoral una señora se quejaba de tener sólo una papeleta del Bloque en casa. Supuse que el resto de habitantes de su casa no votarían al Bloque porque ella llevaba en el sobre la papeleta de Ana Pontón.
Aparte de suposiciones de una, están los datos: el PP gallego repite su mayoría absoluta. Es mérito de Feijóo. Los de Madrid no le ayudaron mucho. Están en otra onda, en una onda que va de Pablo Casado a Cayetana Álvarez de Toledo. Feijóo sigue en lo que el PP entiende por centro en esta Galicia con mucho sentidiño.
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