Habla el Banco Central Europeo de una recuperación económica incierta en España y no le falta razón. Si miramos las cifras del paro y de las cotizaciones a la Seguridad Social, se nos va el sueño y se nos marchan los sueños.
Vemos como en el mes de agosto de 2020 el aumento de desempleados respecto al mes de agosto de 2019 es de 737.000 personas. Hemos pasado de 3,06 millones de desempleados y desempleadas a 3,8 millones. El incremento del paro interanual ha sido, pues, del 24%.
Este incremento del paro tiene también su reflejo en las cotizaciones a la Seguridad Social. El número de cotizantes ha caído en un 2,7%. Son 527.900 cotizantes menos.
En estos meses de vuelta a la normalidad extraña sólo se ha podido recuperar el 20,6% del empleo perdido durante el confinamiento. Se han recuperado casi 195.000 empleos. Se perdieron en apenas cincuenta días un millón de empleos. Las personas que se encontraban en un ERTE ascendían a 3,38 millones de personas.
Mirando estas cifras no podemos decir que esté habiendo una recuperación en forma de V. Más bien se está formando una U preocupante. Y estamos en el tramo de abajo de la U: se espera un incremento del desempleo en septiembre y una reducción del número de cotizantes a la Seguridad Social. A esto sumemos el riesgo de impagos de préstamos. ¿Cómo van a pagar sus préstamos las personas físicas y jurídicas a las que les han caído a plomo sus ingresos?... Aumentará el riesgo para la estabilidad financiera.
El Banco Central Europeo es pesimista. Yo casi lo soy también. Este país nuestro no va por buen camino. La buena noticia es para la clase política de este país: los políticos y los empleados públicos no están afectados ni por el desempleo ni por los ERTES. Tomemos nota. Que tomen nota los jóvenes que buscan una salida laboral. Hay que ser funcionario o ser político para vivir bien.
María Rey
Economista
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