El día de la mujer trabajadora

En España somos diferentes. Hay que asumirlo porque si no eres muy diferente al menor descuido ya se encargan otros en diferenciarte sin pedirte permiso para ello. En ningún otro país occidental se celebró el día de la mujer trabajadora con tanto colorido en las palabras y en la ropa para la ocasión festiva.

En Madrid el señor Zapatero convocaba a Palacio a un grupo de señoras dispuestas para la foto mientras él recordaba a la escritora virginia Wolf leyendo las palabras que más le convenían para su política confederativa estatal: "como mujer mi patria es el mundo". Unas palabras muy acordes con la Alianza de civilizaciones que patrocia el señor Zapatero en los días laborables y en algún domingo que también trabaja en alguna cosa seria.

En otra esquina del amplio mundo la Vicepresidenta también celebraba el día de la mujer trabajadora con vestidos coloridos que adornaban sus bailes en el "Mira quién baila" que también se hace en África pero allí más en directo. ¡Aquello si que era una Alianza de civilizaciones! Por medio de disfraces en un carnaval que parece que todavía se está celebrando por tierras mozambiqueñas la unión de mujeres era una unión inquebrantable en la alegría del baile regional al que se sumaban hasta las invitadas.

Era tanta la alegría que mostraban las imagenes que cuesta protestar por las ablaciones de clítoris que sufren milones de mujeres en el mundo, por los malos tratos, por los despidos por embarazos, por la sociendad machista que permite unos horarios poco compatibles con la vida familiar, por... ¿para que seguir la lista de injusticias? ¡Son tantas!

Ah... la única alegria es que el ministerio de Justicia ha anunciado que en los libros de familia se permite utilizar la antigua terminología. ¡Menos mal! A mi me indignaba ser denominada progenitor B. Prefierno ser mujer y madre. Eso de progenior B y cónyuge B para el dueño del invento.