Con razón decía el fugaz rey Amadeo I de Saboya que los españoles somos ingobernables. Sólo hay que ver los resultados de las elecciones catalanas para darse cuenta de cuanta razón tenía el desdichado monarca.
Los catalanes han ido a las urnas y han salido con un resultado que tanto vale para reeditar el tripartito como para una "Convergencia de socio variante". La mejor noticia de la jornada han sido los tres escaños del Partit de la Ciutadania. Un soplo de aire fresco muy necesario el Parlamento catalán y también en el resto de España. Se necesita libertad en la política española dominada por los nacionalismos declarados y por los no nacionalismos que se dejan vencer por la ideología uniforme que impera por todas las mininaciones.
Quien debería aclararse la empanada mental que parece tener a estas alturas es el señor Rajoy. El PP catalán ha bajado un escaño en unas elecciones de baja participación. ¿Qué hubiera pasado si la participación hubiera sido elevada? El partido del señor Piqué hubiera perdido muchos más escaños. ¿No debería don Mariano relevar a don Josep?... Digamoslo de otra manera: ¿no debería don Mariano poner orden en su partido?... En Madrid habla de nación española, en Andalucía de "realidad nacional andaluza", en Baleares y Valencia aprueba Estatutos de autonomía con similitudes destacables con el Estatut catalán contra al que ha presentado un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Supremo...
La incoherencia siempre se paga en las urnas.
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