Los directivos de los clubes de fútbol deberían medir sus palabras, dar ejemplo. Lamentablemente no es cosa que se les pase por sus cabezas. Ellos quieren goles y dinero. Quieren las gradas animadas; no importa quien anime; no importa tampoco las banderas que exhiban ni los símbolos que se pinten en las camisetas los cuatro de siempre que son sólo cuatro pero llegan para acabar con la vida de una persona de un botellazo, como casi ocurre ayer miércoles en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey entre el Betis y el Sevilla.
La imagen del técnico del Sevilla inconsciente en la camilla que sale hoy en todos los periódicos, debería hacernos reflexionar e inducir a las autoridades competentes en la materia a tomar las medidas oportunas. Esos insultos entre directivos de uno y otro equipo hay que cortarlos de raíz. ¿Cómo? Tocándoles la cartera con la correspondiente sanción por fomento de la violencia.
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jueves, marzo 01, 2007
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