Finalmente las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado cazaron al delincuente más buscado de España. El delito es como la mentira: tiene las patas cortas, pero las patas de este sujeto dieron para mucho atraco y varios asesinatos.
Era un hombre huraño según sus vecinos de Las Rozas. Por una vez el vecindario no sale en defensa de un delincuente con adjetivos como los que nos tienen acostumbrados cuando el detenidos es un maltratador doméstico. Este tío no era sociable; el mal carácter le salía al menor roce de convivencia. Y eso que vivía en un chalé adosado, pero chalé. Si hubiera vivido en un bloque de pisos no quiero ni imaginar la que hubiera montado.
Es el solitario un tipo para estudiar los psiquiatras. Quedan todavía muchos flecos por aclarar sobre este individuo que ayer detenía la policía portuguesa cuando iba a cometer un nuevo atraco en la Caja Agrícola de Figueira de Foz. Por ejemplo a qué se dedicaba antes de iniciar su etapa de atracador de bancos o si realmente compaginaba esa actividad delictiva con otra actividad complementaria y tampoco nada nos dijeron todavía de cómo accedía a las armas de gran calibre que usaba o dónde había aprendido a manejarlas.
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