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miércoles, julio 04, 2007

El Debate sobre el estado de la Nación: más de lo mismo

El último Debate sobre el estado de la Nación de esta legislatura fue el pistoletazo de salida de la campaña electoral de las próximas generales. El Presidente Zapatero sacó a relucir sus "logros" en el Gobierno y el jefe de la oposición le señaló sus errores: política de cesión ante la banda terrorista ETA y política familiar-educacional.

En un debate duro en la palabra y, a veces, hasta en el tono, saca una la conclusión de que si bien el señor Zapatero no me convence, el señor Rajoy tampoco me agrada en temas como su política de ayudas para las familias.

Yo creo en las personas, en los ciudadanos individuales. La tribu no va conmigo. Pero mirando la letra, no son muy distintas las políticas de familia de PP y PSOE. El Partido Popular paga 3000 euros por hijo nacido, el Partido Socialista 2500. Que el niño sea hijo del tendero de la esquina o nieto del presidente de una entidad bancaria no importa, todos llevan los tres mil euros completos o escasos dependiendo que en la Moncloa viva el señor Rajoy o resida ZP. ¿Esa es una política social? ¿Desde cuándo hay que pagarle a los ricos por reproducirse? Si me dijeran que le van a dar tres mil euros a los niños nacidos en un hospital público podrían animarme a votarlos porque los descendientes de las familias adineradas suelen nacer en clínicas privadísimas y no tendrían derecho a ese dinero de todos.

La mejor ayuda social que puede recibir una persona es tener una guardería pública para sus hijos y una residencia de ancianos pública para sus padres o para ella misma cuando la necesite. ¿Qué partido político ofrece eso? Yo no lo he encontrado todavía, ni creo que lo encuentre. Todos están en el sueño de una familia ideal que no existe. Y todos están con el fin, explícito el PP o implícito el PSOE y socios asociados, de acabar con la educación pública.

El Debate sobre el Estado de la Nación daba motivos para no votarlos. Oír hablar al señor Rajoy de colegios concertados ya me daba motivo suficiente para no votarle, ver al señor Zapatero en la tribuna de oradores esquivando como podía las preguntas de don Mariano sobre sus diálogos negociadores con la banda terrorista ETA me daban motivo para votar en blanco, no oír al señor Rajoy mojarse en temas como la reforma de los Estatutos que va a acabar aceptando en un futuro próximo me daba motivos para introducir en la urna un voto del PP nulo. A los nacionalistas por supuesto que no los voy a votar, a no ser que el Bloque saque un programa político que anule los conciertos con la enseñanza privada y se imponga mi sentido de la justicia social a mi sentido de la justicia territorial.

En resumen, nuevamente se manifestó la necesidad de un nuevo partido político nacional que sirva de llave y nos aleje de nacionalismos desestructuradores y de políticas sociales más pensadas para ricos que para trabajadores normales.

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